sábado, 21 de noviembre de 2009

Minirrelato: Nuevos Comienzos





Pensé que con dejar todo atrás se me acabó el escribir.

Sentí que mis dedos eran tan pesados que apenas era capaz de articular una palabra fraguada en tinta. Fue algo que me frustró y me hizo sentir a tu merced; aunque se hubiera cortado el hilo rojo del destino que nos unía por nuestros dedos meñiques.

A pesar de que fuera una decisión tomada de manera unilateral, lo traté de aceptar de la mejor manera que sabía; escribiendo un poco. No sé por qué razón empezaste a roer hasta conseguir desilachar el hilo color carmesí que nos tenía atados por tanto tiempo. Pensé que no tenías ojos para nada más que no fuera yo... Y eso era algo que me hacía feliz y me bastaba para luchar contra viento y marea frente a las adversidades que se presentaban durante el trayecto hacia nuestro futuro. Pero eso no te era suficiente obviamente. De verdad pensaste y me hiciste creer que no era nada si no estaba contigo y que sólo inspiraba pena por ser incapaz de valerme por mí misma. Pero eso se acabó.

Tú solito convertiste ese desilachado hilo en una infinidad de virutas volando por el aire, poco a poco, sin necesidad de factores externos. Fuiste el instigador de mi decepción y mi consiguiente lástima. Es una pena que alguien que realmente ames se convierta a tus ojos simplemente en una persona arrastrada y desesperada por los bajos sentimientos carnales y que se siente menos por ser incapaz de darse a valer como un 'alfa' dentro del ámbito social. Me provocas compasión, perdiste tu luz; tu toque especial, ahora eres simplemente otra baldosa que me puedo encontrar en la calle y que no me inspira nada más que indiferencia y asco, si veo que está sucia. Y peor aún es que trates de esquivarme cuando ves que trato de hablarte con naturalidad cuando veo que tu manera de ser es incorregible e irremediable.

Me encanta y me alegra saber que eso se acabó.

Ahora en verdad no necesito a nadie a mi lado. Soy lo suficientemente fuerte y capaz como para valerme por mi misma. No sé si tengo que agradecértelo; pero creo que no. Todo lo que obtuve fue gracias a mí, en absoluto fue por tu causa; tú, gran gurú de la frialdad y la indiferencia. Cómo me alegra el no haber derramado ni una sola lágrima cuando te quitaste el disfraz de ángel celestial.

Lo que más me atormentaba era pensar que al desvincularme de ti había sacrificado mi capacidad para escribir; pero veo que no es así. La inspiración ha vuelto a por mí y no tiene intención de irse nuevamente, me había echado mucho de menos y me ha prometido que no se irá.

Por lo que hasta nunca, ser indeseable. No quiero volver a verte porque notarás por primera vez una verdadera mirada de desprecio, la mía. No, pero lo siento; lo que ahora siento por ti no es odio, el odio está muy cerca del amor y puede ser un peligro, solo es decepción pura y dura. Ahí te quedas para que recojas las cenizas de lo que hubo entre los dos. Yo me voy con mi inspiración a escribir a una cafetería, a un parque o, quién sabe, a un banco de la estación de autobuses más próxima; cualquier sitio es idóneo si la inspiración acompaña.


XXX
M♥

No hay comentarios:

Publicar un comentario